Recuerdos: ¿Cómo me enteré de que estaba embarazada?
Diciembre del año 2015. Mes de mucho estrés y de mil cosas por hacer. Mis días, sin importar el mes, siempre eran muy activos, pero durante este mes lo serían mucho más. Lo único que me consolaba es que sería un mes corto y después de las celebraciones de Nochebuena y Navidad tendría, junto a mi chico, unas merecidas y ansiadas vacaciones, con viaje incluido, para terminar el 2015 y empezar el 2016 con buen pie.
A mediados de mes empecé a notar que todo me costaba mucho más, cualquier cosa que quisiera hacer me suponía muchísimo esfuerzo y me cansaba antes de lo que lo hubiese hecho en cualquier otro momento. No fue algo a lo que le diera importancia y lo relacioné con la cantidad de actividades que estaba llevando a cabo y al no parar ni un segundo.
He de decir que siempre había tenido unos ciclos menstruales muy muy regulares y la menstruación nunca se adelantaba ni retrasaba ni un solo día. Era un reloj. Así que, cuando el día que tocaba no llegó, me extrañó bastante, pero tampoco le di importancia y lo volví a relacionar con el estrés. Tenía los mismos dolores que todos los meses, así que estaría al caer.
Pero, a partir de ese día, que coincidía también con el inicio de los días de descanso, empecé a tener mucho sueño, tanto, que llegué a quedarme dormida en un sofá mientras hablaba con una amiga. También empecé a notar que cada vez que abría el cajón del tocador, la mezcla de olores de los diferentes productos se había vuelto muy intensa y no lo soportaba y no podía utilizar ningún producto que tuviera algún tipo de perfume. Así que, aunque seguía teniendo los dolores, empecé a sospechar y a relacionar todo.
Nosotros no estábamos buscando un embarazo y, en ese momento, no era algo que entrara en nuestros planes a corto plazo, aunque siempre habíamos tenido claro que queríamos tener hij@s. Así que decidí esperar un poco, por si, como había pensado, era todo culpa del estrés.
Recuerdo que al principio no me preocupé demasiado, pero según empezaron a pasar los días podía pasarme el día entrando al baño porque todo el rato sentía que algo había "salido". Pero no. Así que el día 26 de diciembre, cuando había pasado una semana de la falta, decidimos comprar un test de embarazo. Aprovechamos que ese día habíamos salido de compras con un amigo y me acerqué a la parafarmacia del centro comercial y lo compré. La idea era esperar al día siguiente para hacerlo por la mañana. Pero no aguantamos. El día 26 por la tarde, cuando ya nos habíamos quedado solos, entramos a una cafetería y mientras mi chico se bebía un barraquito yo entré al servicio para hacerlo (muy cutre, sí, pero no podía esperar más). Leí las instrucciones como pude, porque me temblaba todo, y solo hizo falta que llegara una gota para que las dos rayas aparecieran. ¡¡POSITIVO, ESTABA EMBARAZADA!!
Salí y vi a mi chico sentado en un taburete de la barra, me miró, nos miramos y no tuve que decir nada. En ese momento, en ese preciso instante, supimos que nuestra vida había cambiado.
No fue un embarazo buscado. Nos costó un poco asimilarlo. No entraba en nuestros planes. No llegó en el mejor momento de nuestras vidas. Pero como una vez le dijo mi chico a alguien que intentaba cuestionar el amor por nuestra hija: "No fue buscada pero si querida". Y mucho, muchísimo. Es lo mejor que tenemos, lo mejor que hemos hecho como pareja. Es nuestro motor y no nos imaginamos nuestra vida si ella no hubiese llegado. Verla sonreír, que sea feliz, cuidarla y protegerla es nuestra prioridad. Una mirada o un abrazo suyo es la mejor cura. Es el amor más puro que se puede sentir.
Gracias por leerme💗
Muuaaacckkk!!!💋💋
Comentarios
Publicar un comentario